En Quito, octubre marca el inicio de la transición hacia la temporada lluviosa, con aumento de humedad y de días con precipitaciones. Esa combinación favorece la humedad interior en casas y departamentos, creando el ambiente ideal para la proliferación de moho. En personas susceptibles, esto puede desencadenar rinitis (alérgica o no alérgica) y exacerbar rinosinusitis.
La humedad y el moho en interiores se asocian de manera consistente con síntomas respiratorios y mayor riesgo de rinitis, de acuerdo con revisiones y guías internacionales. Además, mantener la humedad relativa por debajo del 50 % ayuda a limitar el crecimiento de moho y ácaros del polvo, dos desencadenantes comunes de congestión y crisis sinusales.
¿Cuándo preocuparse?
- Congestión nasal y presión facial que dura >10 días.
- Secreción nasal espesa o purulenta, dolor al agacharse o pérdida de olfato.
- Fiebre o síntomas que mejoran y luego empeoran.
- En niños: tos nocturna, irritabilidad, ronquidos o respiración bucal persistente.
¿Qué puedes hacer en casa?
- Controla la humedad: Ventila cocina y baño con extractores que salgan al exterior.
- Limpia el moho visible en superficies no porosas: abre ventanas, usa guantes y gafas, y prepara una solución de no más de 1 taza de cloro por 1 galón de agua
- Reduce los ácaros: Usa fundas antiácaros y lava la ropa de cama en caliente semanalmente.
¿Cómo te ayuda el Centro de ORL?
En una evaluación integral podemos endoscopiar la nariz, solicitar pruebas cuando se sospechan alergias respiratorias, y diseñar un plan de tratamiento que incluya manejo médico (sprays nasales, lavados, control ambiental) y, de ser necesario, cirugía endoscópica de senos paranasales.
Si estos síntomas te afectan en esta temporada, no te automediques.
Agenda una valoración con nuestros especialistas.
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